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Un viaje de dos días a Estancia La Candelaria

A tan sólo dos horas de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra Estancia La Candelaria, en Lobos.

Lugar que pude conocer a través de mi trabajo. Nos alojamos dos noches, y vivimos la experiencia de dormir en dos zonas diferentes que ofrece la estancia: el sector colonial y el castillo.

La experiencia en su totalidad me sorprendió por completo!



Primero que nada, te hace sentir que estás en otro lugar! Como si te hubieras tomado un avión a otra ciudad del mundo. El lugar es muy grande, súper tranquilo (lo cual te permite tener tu espacio para disfrutarlo, para mí este punto es f u n d a m e n t a l!), estas rodeado de árboles, que en otoño/invierno con la niebla parece que estas en Escocia.


Como muchos sabrán, hace tiempo estoy en este camino de no consumo carne. Mi alimentación va variando entre vegetariana y vegana, NO ME GUSTAN PARA NADA LAS ETIQUETAS, trato todos los días de llevar una vida más consciente y responsable con el medio ambiente - sin sobre exigencias, sujeta a cambios si alguna vez lo siento así - pero trato de aprender y aportar mi granito de arena todos los días. Y por sobre todo, siento mucha empatía, conexión y sensibilidad con los animales.


¿Por qué aclaro esto? porque muchas veces, cuando vamos a lugares "de campo" lo primero que aparece como tradición es el asado. Y en estos lugares, suele ser difícil encontrar opciones saludables, sin gluten, vegetarianas o veganas - que no sea ensalada de tomate, lechuga y zanahoria!- suele faltar información y actualización en relación a estos temas.


Pero este lugar, como les decía, me sorprendió! Te invita a ver el campo de otra forma, no sólo a través del asado. Hay un almacén, en la parte colonial, que tiene todos productos regionales, sustentables, veganos, sin gluten, textiles del norte del país, etc.


El restaurante donde se almuerza/cena, tiene una carta con opciones para diferentes paladares, utilizan productos lácteos de leche de búfala - sin aditivos, ni colorantes - cambian el menú según la estación del año, utilizando diferentes frutas/ verduras que hay en el momento.

La conexión que genera con los animales es muy linda, podés salir a caminar y explorar el lugar en bicicletas.


Nosotras aprovechamos, nos despertamos bien temprano para ver el amanecer. Muuuucho frío, pero valió 100% la pena para sacar fotos.



Desayunamos tanto abajo en el castillo - Sí! te sentís en un cuento de princesas - y en el balcón de la habitación. A diferencia de lo que les contaba sobre la comida del almuerzo/cena, el desayuno no me gustó tanto. No hay muchas opciones, la calidad de los alimentos (panadería, pastelería) sentí que no era tan buena. La fruta está presentada entera, lo cual siento que no invita a pedirla, porque quizás no es cómodo.

Destaco que hay leche de almendras para el café, pan de masa madre y se puede pedir huevos revueltos! Pero sentí una diferencia muy grande entre la calidad de la propuesta del desayuno y del almuerzo/cena.


De todas formas, el lugar es un s u e ñ o ! les dejo algunas fotos que sacamos para el Hotel.


Por último, les cuento que aprovechamos para dar un paseo en tractor, hicimos una caminata por el bosque que tienen alrededor de la estancia - si van, tienen que visitar esa parte porque es muy diferente a todo el paisaje de campo y almorzamos en la parte colonial - esto no sé si puede hacer, pueden consultar en el hotel, la verdad es que nosotras lo armamos para hacer fotos del lugar.





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